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100 años del natalicio de Luis González y González (1925-2003): Un legado en la historiografía mexicana

  

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100 años del natalicio de Luis González y González (1925-2003): Un legado en la historiografía mexicana

 

*Por Ángel Rafael Martínez Alarcón*

 

La microhistoria, como enfoque metodológico, reconoce un espacio, un tiempo, una sociedad y un conjunto de acciones que le pertenecen. Es la suma de los detalles, las voces silenciadas y las historias cotidianas que componen el entramado de la historia general. Como bien afirmó Luis González y González en 1973, “la microhistoria permite comprender la complejidad social desde lo local, poniendo en relieve las acciones y los actores que construyen la historia de una comunidad”.

 

Nacido en San José de Gracia, Michoacán, el 11 de octubre de 1925, Luis González y González fue un historiador cuya obra transformó la forma de entender la historia mexicana desde lo cercano, desde lo comunitario. Hijo de don Luis González Cárdenas, de 92 años, y de doña Josefina, de 86, nieto de Gregorio González Pulido, un hombre que vivió en la segunda mitad del siglo XIX y que fue testigo de la fundación de su pueblo, Luis heredó una marcada identidad familiar y un espíritu inquisitivo y bromista, características que marcaron también su carácter y su obra.

 

Desde muy joven, González y González mostró interés por comprender las raíces de su comunidad, un interés que lo llevó a la creación de su obra cumbre: **"Pueblo en vilo. Microhistoria de San José de Gracia" (1968)**. Publicado en una época en que la historia mexicana todavía se centraba en las grandes figuras nacionales, su obra abrió una nueva vía, proponiendo que la historia se construye también desde las acciones cotidianas de las comunidades y sus habitantes.

 

Este libro, que fue su primera publicación bajo el sello del Colegio de México, marca un hito en la historiografía mexicana por su enfoque innovador y su utilización del “chisme” como herramienta de trabajo para rescatar la memoria colectiva. La obra ha sido traducida al inglés y francés, y continúa siendo un referente obligado en los estudios de microhistoria en México y América Latina.

 

El impacto de González y González se extendió más allá de su obra: su propuesta metodológica favoreció la aparición de una línea de investigación centrada en las comunidades, dando origen a lo que hoy llamamos historia “matria”. En la Universidad Veracruzana, por ejemplo, su influencia fue decisiva en la fundación del Centro de Estudios Históricos, donde surgieron generaciones de historiadores comprometidos con el análisis de las historias locales y regionales, en un espíritu que él mismo promovió.

 

Su formación académica en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tras iniciar en la jurisprudencia, le permitió combinar rigurosidad jurídica con un profundo interés por la historia social y cultural. González y González fue, sin duda, un ejemplo de cómo la historia puede ser una herramienta para entender y transformar la realidad desde lo local.

 

En 1968, en un momento crucial para la historia de México, González y González publicó **"Pueblo en vilo"**, coincidiendo con los Juegos Olímpicos en la Ciudad de México y en paralelo a los acontecimientos del 2 de octubre de 1968. Su obra supo rescatar la memoria de San José de Gracia en un momento en que la historia oficial tendía a reducirse a los grandes hechos nacionales, proponiendo en cambio una historia desde abajo, desde la comunidad.

 

Su legado literario y académico ha sido objeto de múltiples homenajes en el centenario de su nacimiento. Diversas instituciones, universidades y medios de comunicación han reconocido su contribución a la historia mexicana, resaltando su método y su visión humanista.

 

Tuve la oportunidad de conocerlo en un homenaje que el Colegio Nacional rindió a Gonzalo Aguirre Beltránen Xalapa, y también de conversar con él sobre su obra y su visión de la historia. Su entusiasmo, su sencillez y su pasión por las comunidades rurales quedaron grabados en mi memoria.

**Obras fundamentales y contribuciones**

Entre sus obras más conocidas y relevantes destacan:

 

- **"Pueblo en vilo. Microhistoria de San José de Gracia" (1968)**: Su obra cumbre, pionera en la microhistoria mexicana.

- **"Invitación a la microhistoria" (1973)**: Un manifiesto metodológico que defiende el estudio de la historia desde lo local y cotidiano.

- **"El oficio de historiar" (1984)**: Ensayos sobre la práctica del historiador y su reflexión metodológica.

- **"Todo es historia" (1989)**: Reflexiones sobre el oficio y la disciplina histórica.

- **Obras de síntesis histórica**, como *"La querella de México"* (1968), *"Los días del Presidente Cárdenas"* (1981) y *"La República Restaurada"* (1997), que enriquecieron la narrativa de los procesos políticos y sociales en México.

- **Biografías**, entre ellas, *"Zapata. El amor a la tierra"* (1985), y *"El patriarca de la patria"* (2003), que muestran su capacidad de acercarse a las figuras históricas con un enfoque humanista y crítico.

 

Su obra no solo enriqueció la historia académica, sino que también abrió caminos para entender la historia desde las comunidades, las tradiciones y las acciones cotidianas, proponiendo una visión más plural y cercana a la realidad social.

 

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**En reconocimiento a su legado**

 

El centenario de su nacimiento ha sido motivo de múltiples homenajes y actividades académicas y culturales. La memoria de Luis González y González continúa viva en las aulas, en sus textos y en las generaciones de historiadores que siguieron su ejemplo.

 

Personalmente, siempre recordaré su entusiasmo y su humildad, así como su disposición para compartir su pasión por la historia. Gracias a su obra, la microhistoria se consolidó como una herramienta fundamental para entender las raíces profundas de México y sus comunidades.

 

Su ejemplo y su legado permanecen como faros que iluminan el camino para quienes creemos en la historia como un instrumento de conocimiento, memoria y transformación social.

 

**Fuentes y enlaces de interés**

 

- Video homenaje a Luis González y González: [https://www.youtube.com/live/G-fw3laB-qU?si=mnb7dPETORg8fGMQ](https://www.youtube.com/live/G-fw3laB-qU?si=mnb7dPETORg8fGMQ)

- Entrevista y conferencias disponibles en línea sobre su obra y metodología.

 

Por la memoria, la obra y el pensamiento de Luis González y González, celebramos hoy su centenario y reafirmamos su lugar en la historia de la cultura y la academia mexicanas.*

Manuel Ávila Camacho (1897-1955) a 70 años de su fallecimiento

  

Manuel Ávila Camacho (1897-1955) a 70 años de su fallecimiento

Ángel Rafael Martínez Alarcón

 

Este 2025 se cumplen conmemoraciones relevantes para el avilacamachismo. En febrero se celebró el 80.º aniversario del fallecimiento del General Maximino Ávila Camacho, uno de los hermanos mayores de la familia; exgobernador del Estado de Puebla. En marzo se conmemoró el 50.º aniversario del fallecimiento del General Rafael Ávila Camacho, hermano menor y exalcalde de Puebla. El 13 de octubre de 2025 se cumplen 70 años de la muerte del ex presidente Manuel Ávila Camacho (1897-1955), quien encabezó el segundo sexenio de la Revolución mexicana (1940-1946). Además, se celebra el primer centenario de su matrimonio con la señorita Soledad Orozco García (1904-1996).

 

Hoy, gracias a la labor de la Editorial Animas, coordinada por Rodrigo Fernández Chedraui, bisnieto del ex gobernador de Puebla, se ha editado en las últimas dos décadas un número considerable de libros sobre la vida y obra de cada uno de los Avila Camacho. No menos importante es la bibliografía que recoge las acciones de los tres hermanos militares y servidores públicos en los tres poderes de la Unión: Maximino, Manuel y Rafael.

 

La familia Ávila Camacho se originó en Teziutlán, Puebla, y fue fundada por Manuel Ávila Castillo(1861-1916) y la ilustre  originaria de Altotonga, Eufrosina Camacho Bello (1869-1939), quien falleció el 9 de noviembre de 1939, días antes de que se designara al segundo hijo como candidato presidencial para el periodo 1940-1946, siendo el único candidato del Partido de la Revolución Mexicana. Durante el porfiriato, la familia era numerosa, integrada por más de media docena de hijos: Maximino, Manuel, María Antonieta, Miguel, Ana María, Rafael, Gabriel y Eulogio. Una familia de la cultura del esfuerzo.

 

El General Manuel Ávila Camacho pasa a la historia de México como el último presidente antepuesto por un alto grado militar. Sus hermanos participaron en la Revolución Mexicana, y Manuel fue el último  presidente militardel periodo posrevolucionario, marcando, junto con Miguel Alemán Valdés (1900-1984), el inicio de una época en la que abundaron abogados egresados de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ávila Camacho fue también el único presidente mexicano en declarar la guerra a las potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, en defensa de los aliados; México mantuvo una participación simbólica en el frente del Pacífico.

 

A fines de septiembre y principios de octubre de 1955, hace 70 años, las costas del Golfo de México y numerosos municipios del estado de Veracruz fueron azotados por el huracán Janet. El país siguió con inquietud la situación, especialmente Veracruz y Puebla, tierra profundamente vinculadas a la figura de Ávila Camacho. En ese periodo, el exsecretario de la Defensa Nacional seguía activo en la vida pública, mientras su actividad principal se centraba en sus ranchos y labores agrícolas. Su padre también falleció joven, en 1916, a la edad de 55 años.

 

El jueves 13 de octubre de 1955 fue una fecha significativa para el matrimonio Ávila Camacho-Orozco, pues, en su rancho de La Herradura, en el Estado de México, Doña Ana Soledad Orozco García(1904-1996) celebraba su 51.º cumpleaños; ese mismo año, en diciembre, habrían de cumplir 30 años de vida matrimonial. Después de las 17:00 horas dejó de latir el corazón del General Manuel Ávila Camacho. México estaba gobernado por el presidente veracruzano Adolfo Ruiz Cortines. La noticia fue anunciada a última hora de la noche., por la radio y al dia siguiente por la prensa escrita.

 

En el artículo Las enfermedades mortales de los presidentes de México, de Guillermo Murillo-Godínez, se ofrece la biografía, más detalles. La muerte del ex presidente (1940-1946) tuvo un impacto en Veracruz, donde vivían numerosos familiares y poseía ranchos con una importante cantidad de trabajadores. La prensa siguió de cerca las exequias, y Novedades, de una de las sobrinas del ex presidente, dio cobertura destacada. En la ciudad de Xalapa, se recuerdo con mucho cariño, una de las principales avenida lleva su nombre.

El General Lázaro Cárdenas del Rio,(1895-1970) Escribé  en sus notas personales del 14 de octubre de 1955: …Durante toda la noche estuve presente, velando el cadáver, el señor Presidente Ruiz Cortines. Ahí salude al licenciado Miguel Aleman,  ingeniero Pascual Ortiz Rubio y Licenciado Portes Gil, ex pressidente de México.

A las 12 horas de hoy fue sepultado en el jardín de su casa, situada en el rancho de la Herradura. El Gobierno del Estado de México declaró  paneon una area del propio jardon de la casa.

México pierde a un hombre que prestó importantes servicios al pais.

Fue un gran amigo mio, con el que me ligó honda amistad. El año de 1920 nos conocimos en la colonia de San Rafael , Barra de Mautla, Ver. Cárdenas,1986. II:620-621.

 

En casa, desde mi niñez escuché las historias sobre el fallecimiento de don Manuel; mi familia asistió a los funerales por parentesco, Felicitas Bello Alvarado,(1907-1982) y Rosa Rios Garcia,(1941-2023), esta última era una adolecente de tan sólo 14 años, y mantenia muy vivo ese recurdo. Con el paso de los años quedan recuerdos fragmentarios y vagos, sin haberlos grabado. Hoy sólo quedan recuerdos difusos, como un viaje en un coche modelo 1952 hacia el Estado de México.

 

Entre los homenajes, destaca el realizado por la Legislatura XLIII (Año I, Período Ordinario) del 18 de octubre de 1955: DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. Se guardó un minuto de silencio en memoria de los ilustres desaparecidos: don Manuel Ávila Camacho, ex Presidente de la República, y el senador Lauro G. Caloca. La sesión, presidida por el presidente, recordó la muerte de tan ilustres personajes. En el Diario de Debates se recoge el detalle de ese tributo solemne.

 

 

 

Centenaria fotografía de la Cruz Roja y el Estadio Jalapeño, 1925

 Centenaria fotografía de la Cruz Roja y el Estadio Jalapeño, 1925

Ángel Rafael Martínez Alarcón

 

La fotografía llegó a la joven nación mexicana en 1839, hace exactamente 189 años, procedente de París, Francia. Eran días convulsos para México: el gobierno francés había invadido el país. En el puerto de Veracruz, el Benemérito de la Patria, Antonio López de Santa Anna, había perdido una pierna en la defensa de la soberanía nacional.

 

La fotografía recorrió un camino pausado en la sociedad mexicana. Fue en el porfiriato cuando comenzó a ganar carta de naturalización social; claro que en esos años era la élite la que tenía la oportunidad de poseer una imagen fotográfica. No hay que olvidar la importancia del fotógrafo francés Jean-Louis Prelier-Dudoire, quien llegó el 3 de diciembre de 1839 al puerto de Veracruz, considerada la primera fotografía de aquella población. Similar a 1519, estas costas atestiguan la llegada de las primeras cámaras fotográficas y años tarde del cine. Durante la intervención norteamericana de 1846-1847, el ejército invasor dejó un registro fotográfico de sus acciones bélicas en la República Mexicana. En la invanción del 21 de abril de 1914, tenia un barco especializado para registrar filmicamente y fotogricamente dicha acción bélica contra los porteños.

 

En el Porfiriato se consolidó el uso de la fotografía no solo entre la élite, sino también por el gobierno en los tres niveles de gobierno; ya encontramos imágenes del pueblo. Así, el siglo XX llegó a ser el siglo de todas las imágenes, hasta el siglo XXI. Hoy cualquier ciudadano lleva consigo en sus dispositivos móviles la capacidad de capturar cada instante. Pero hay que tener claro que cuando se almacena en un dispositivo se trata de imagen; la fotografía pasa a ser tal cuando se imprime.

 

La fotografía es, así, una herramienta auxiliar de la Historia. En el Archivo General del Estado de Veracruz se conserva, durante más de cuatro décadas, un fondo de imágenes que narran la historia de nuestra entidad federativa.

 

La importancia de clasificar dicho material es notable. Probablemente en todos los hogares del mundo encontremos fondos fotográficos familiares, muchos de ellos sin más información que la imagen, sin fecha, sin el motivo de la foto ni quiénes aparecen. Sin esa información, al morir los dueños, se pierde la memoria junto con la imagen. Por ello es fundamental clasificar las imágenes con datos elementales: fecha, acontecimiento y protagonistas, para que los historiadores no inventen pies de foto erróneos.

 

La imagen que hoy conmemoramos tiene un autor, el ingeniero Nadal, originario del estado de Oaxaca, quien vino a trabajar a Xalapa junto con su familia. Su hermana menor, Blanca Nadal, a quien tuve el privilegio de conocer y con quien sostuve largas conversaciones sobre el Xalapa de hace un siglo, también formó parte de esa historia.

 

La imagen data del once de octubre de 1925, en el recién inaugurado Estadio Jalapeño, durante un acto presidido por el presidente de la República, General Plutarco Elías Calles, y el gobernador Heriberto Jara Corona. Es probable que el evento constituyera la primera colecta para la recién fundada Delegación de la Cruz Roja de Xalapa. En la escena aparecen cuatro jóvenes voluntarios de la institución; tres son jóvenes mujeres, una de ellas sosteniendo un tazón para la colecta, y dos jóvenes hombres vestidos de manera normal.

 

La maestra Blanca Nadal Castillo (1919-2014) dedicó más de treinta años a compaginar su jubilación con una intensa actividad cultural y social. Estudió en esta nueva etapa de su vida y desarrolló un notable deseo de aprender y, sobre todo, de compartir. Su jubilación no fue un descanso, sino una oportunidad para seguir activa en la vida social y cultural de su querida Xalapa. Su destacada labor social dejó un gran legado; en lo religioso, fue integrante del Consejo Parroquial de la parroquia de los Corazones, y participó en la fraternidad franciscana. Probablemente el gran secreto de Blanca fue su fe. Fue la propietaria del archivo fotográfico de su hermano. Con su fallecimiento se perdió también ese invaluable fondo fotográfico que tanto cuidó y que permitía repasar cada imagen del Xalapa de antaño. Sin olvidar del fondo de Carmelita Boone Canovas, quien se ha consagrado en un fondo fotografica de Xalapa del último cuarto del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. También las familias más importantes de la ciudad poseen una riqueza de albumenes de la historia de Xalapa, excelentente clasificados. Es he comvertido en deporte el plagio de imágenes en las redes sociales.

 

En 2016, durante la administración del alcalde Américo Zúñiga Martínez, se intentó crear una fototeca municipal de Xalapa mediante la donación de materiales fotográficos en apoyo de la digitalización del fotógrafo xalapeño Héctor Montes de Oca (1954-2024). Solo quedó un acto protocolario en el cabildo.

 

Por último, cabe mencionar que el comité de las celebraciones del centenario de la Delegación de la Cruz Roja de Xalapa diseñó un hermoso logotipo para el centenario, en cuyo número cero se incluye una imagen aérea del Estadio Jalapeño.